Sentido común para un consenso. Reflexión para aplicar en la PH

14 de jul. de 2022 4 min de lectura

En  Colombia se  ha  vuelto  usual  la  polarización  de  opiniones,  combinada  con la  descalificación  de  aquel  que  piensa  distinto,  es  cada  vez  más  difícil encontrar  espacios  para  construir  consensos.  Debido  a  ello,  resulta  casi imposible  ponerse  de  acuerdo  sobre  temas  fundamentales  que permitan trazar hojas de ruta para el largo plazo.

A la luz de esta realidad, es importante el trabajo en equipo y evitar caer en conflictos, polémicas, debates y discusiones bizantinas que no conducen a ningún puerto.

Desde la promulgación de la Ley 675 de 2001, la administración y el consejo de administración de las PH (como grupo de expertos en varias disciplinas) han creado una gran polarización por las diversas visiones e intereses y no se han percatado de la importancia de sentarse a identificar puntos de encuentro que acaben consagrados en un texto o un documento (plan estratégico como hoja de ruta para el largo plazo) que agrupe todas las ideas, iniciativas, propuestas y soluciones que ayuden a construir una verdadera comunidad en armonía y sana convivencia.


En las PH, la motivación y energía propulsora es única, se trata de la identificación unánime de una sola causa. En una PH no puede ser distinta a la sana convivencia y calidad de vida en un entorno saludable, que garantice espacios y ambientes con condiciones y privilegios de vida, para disponer y gozar de momentos y emociones de alegría y felicidad.

Este es el aporte clave para lograr un factor de unión y no de división, de progreso y no de pobreza, de respeto por el vecino y colega, de responsabilidad por el medioambiente y no de daños ecológicos irremediables. El mensaje es que es posible construir una senda distinta para que las PH se desarrollen dejando beneficios tanto en el ámbito individual, como en el de la comunidad en su conjunto y la naturaleza o entorno inmediato de cada propiedad.


La necesidad de cambiar el libreto en todas las PH es urgente, es algo que no tiene discusión. Para nadie es un misterio que el mundo este mundo de propiedades horizontales, nació con vacíos, con deficiencias y sobre todo sin categoría, sin estatus, sin jerarquía, sin reconocimiento, sin posición.

Este sector inclusive es visto por sus mismos propietarios (socios, accionistas) como la satisfacción de un necesidad básica del ser humano, como es la de tener un techo, esto es un lastre, que hay que soltar a toda costa, no se puede permanecer en el conformismo, el desinterés y dejar que siga pasando el tiempo sin introducir acciones que le den el valor y la posición que deben tener las PH y sus dueños; se debe reconocer la importancia de la copropiedad como un activo, un patrimonio o en la mejor de las definiciones como un símbolo de riqueza material (valor económico) y también de riqueza emocional (felicidad, motivación, salud, orgullo) que motive y estimule la participación proactiva, entusiasta y constructiva de los socios o accionistas de estas organizaciones.

Los órganos de dirección y control que tienen la facultad legal de diseñar, desarrollar y construir el cambio, deben repensar el libreto. Cada vez más administradores y consejeros se mantienen en la zona de confort y se resisten o simplemente no les interesa explorar otras opciones que estén en línea con la modernidad del siglo XXI.


Es importante aceptar y evaluar las iniciativas individuales o de grupos de diálogo sobre las problemáticas existentes y considerar la adopción de nuevas formas y estilos de administración y gerencia. Se deben promover, apoyar y coordinar la realización de mesas de trabajo o focus group, que estudien y presenten propuestas y planes para ser implementados.


Se deben promover, constituir y enriquecer la creación de equipos o comités especiales de propietarios con el acompañamiento de una entidad externa que garantice el diálogo interdisciplinario y cultural con el propósito de liderar proyectos y procesos, que incluyan la debida consulta y socialización sobre cada una de las iniciativas específicas.

Por otro lado, hay que tomar cartas sobre a la importancia del Comité de Convivencia como órgano de integración y construcción de sociedad solida, compacta y en armonía y con el aporte y acompañamiento en todas las actividades relacionadas con el factor social.

Tampoco debe pasarse por alto mirar a fondo el tema de los recursos financieros (presupuestos, cartera en cobro jurídico, fondos, reservas, provisiones) y la importancia de diseñar y desarrollar estrategias de recuperación y destinación; lo cual se debe hacer a través de un Comité de Inversiones que se encargue del análisis y evaluación integral de esta problemática (sin desconocer el análisis costo y beneficio) y asegurar el correcto uso de los recursos obtenidos, producto de la gestión de cobranzas.
Si las cosas se hacen bien, será factible fortalecer encadenamientos y articular esfuerzos conjuntos para contar con escalabilidad de mayor valor agregado.

Todo lo anterior puede sonar abstracto y hasta utópico, pero existen ideas concretas en las que prima el sentido común, el interés colectivo y el trabajo por una sola causa. Lo que falta ahora es convencer a quienes toman las decisiones (asamblea general) de que esta es una propuesta que merece ser tomada en serio, si de lo que se trata es de sustituir el antagonismo y la polarización que impiden alcanzar el consenso.

Desconocer la labor adelantada en los años y administraciones precedentes, es un error que no se debe cometer, pero lo cierto es que hay mucho por hacer y es evidente que hay espacio para construir  PH más avanzadas dentro del mundo inmobiliario del siglo XXI.

La Comunidad no se puede abstraer de la realidad, pues su calidad de propietario le exige participación, compromiso y colaboración. Se debe tomar conciencia de las tendencias del siglo XXI y reconocer, aceptar y poner en practica los conceptos, las teorías, las metodologías y las herramientas tecnológicas (TIC’s) que permiten y facilitan actuaciones mas eficientes y eficaces, entregando resultados y logros que a su vez aportan cambios que introducen a las propiedades en los nuevos ambientes y espacios de la nueva economía, con tendencias como trabajo colaborativo, economía colaborativa, inteligencia colectiva, responsabilidad social y conciencia ecológica y medio ambiental.

Articulo colaborativo de: Cesar Augusto Mogollón Hernández.

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