La convivencia en la Propiedad Horizontal

En la sociedad moderna vivimos en “colmenas humanas”, lo cual hace que cada día se haga más difícil la convivencia debido a la diversidad de personas que residen en edificios y conjuntos. Nadie sabe qué tipo de vecino será el que  habite en frente, al lado de su copropiedad.

Cabe resaltar que para evitar malos entendidos entre los copropietarios, se deben regir por los Reglamentos de Propiedad Horizontal, que se encargan de regularizar varias conductas, como por ejemplo la prohibición de fiestas y reuniones hasta altas horas de la noche.

Por otra parte, los fines de semana son el "estrés" de los administradores, quienes los lunes llegan a su trabajo a resolver, atender quejas y reclamos de los residentes y de las circunstancias que hayan podido suceder durante el sábado y domingo . Aquí se ve la calidad y entereza del administrador para enfrentar y solucionar estas situaciones, siempre escuchando y sin interrumpir, para poder actuar con celeridad y objetividad.

El administrador por ningún motivo debe elevar su tono de voz o enojarse. Su compostura debe ser firme, serena, comprensiva para bajar los ánimos y no perder autoridad al igualarse con la persona que presente la queja, reclamo o petición.

Para dejar claro que si hay autoridad en las copropiedades, se deben realizar las siguientes acciones:

  1. Se debe escribir al causante de las molestias una carta clara, precisa, objetiva, respetuosa, enumerando los punto de los reglamentos y del Código de Policía que ha violento.
  2. Amonestar por primera vez con la advertencia que de repetirse será citado al Comité de Convivencia y posteriormente a la alcaldía local y autoridades para responder por el comportamiento indebido.
  3. No olvidar el debido proceso: notificación y defensa.
  4. En lo posible tratar de persuadir, para no llegar hasta las autoridades superiores.
  5. En el caso de que hayan daños de una vivienda a otra, el administrador debe visitar los predios y tomar fotos.  

Claro esta, que el administrador debe colaborarle a los residentes con recomendaciones y asesorías, para ayudar a mejorar la convivencia. También debe ser objetivo, para poder servir y organizar comunidades.

Redactado por: Luis Alberto Pachón